-¿Cómo empezó a relacionarse con el mundo del vino?
R: Fue mi padre quien como amante de la buena mesa me inculcó la pasión por el vino. Por otra parte, en mi infancia hay recuerdos de un modesto pero magnífico viñedo que todavía hoy posee mi padre en Villena ( Alicante). Cuando tenía 21 años, fascinado por una entrevista a un famoso sumiller en el diario El País, comencé a coleccionar una enciclopedia muy bien documentada sobre los vinos del mundo. A partir de ahí, con el paso del tiempo fui ampliando mi incipiente y modesta biblioteca con guías, monográficos y tratados sobre enología y sumillería.
Pero mi relación más directa me vino dada por mi carrera profesional en el sector de la hostelería. A los 28 años abandoné Villena ( Alicante) y me fui a vivir a Sevilla, donde me inicié en la práctica de la abogacía. Comencé a trabajar en la cadena de restaurantes Modesto en la que entré a formar parte desde finales del año 2001 como responsable de Recursos Humanos y Comunicación. Al mismo tiempo también coordinaba el sistema de calidad alimentaria y la celebración de jornadas y eventos gastronómicos en los que nuestra firma participaba.
En esta nueva etapa de mi vida fue cuando tuve la oportunidad de profundizar en el apasionante universo del vino. Comenzaron a sucederse múltiples visitas a bodegas españolas, sobre todo del marco de Jerez , al mismo tiempo que asistía a presentaciones, catas, degustaciones, cursos y seminarios. Incluso el año pasado organicé un curso de enología y sumillería para profesionales de hostelería por el que en el transcurso de mes y medio desfilaron unas 25 bodegas de diversas D.O. españolas.
¿Qué le llamó la atención de él para decidirse a convertirse en profesional?
R: Me apasiona todo lo que tenga que ver con el arte… y del vino todo es arte. Procuro estar bien formado e informado sobre la actualidad y la cultura del vino, al tiempo que presto asesoramiento en dicha materia al dpto. de compras de nuestros restaurantes y planifico formación junto con nuestros proveedores dirigida a profesionales tanto de nuestros establecimientos como de otros. Y no sólo sobre el vino, también el café, el cigarro, el aceite de oliva o el agua mineral, por poner un ejemplo, ocupan mi atención en estos aspectos.
-¿En qué consiste exactamente su trabajo, cómo es su día a día laboral?
R: Por un lado, soy responsable del Dpto. de RRHH, Calidad y Comunicación de Restaurantes Modesto ( Firma que agrupa junto al restaurante del mismo nombre a los restaurantes Al Mutamid, El Toboso y La Judería, todos ellos en la capital hispalense ), además de la gestión del Hotel Doña Manuela, también propiedad de la empresa. Por otro lado, ejerzo como consultor de RRHH y formación para empresas del ámbito hostelero y turístico. Además, a título representativo en dicho sector soy vicepresidente dela Asociación de Empresarios de Hostelería de Sevilla, vocal del Pleno y de las Comisiónes de Turismo y Formación dela Cámara de Comercio y miembro dela Junta Directiva dela Asociación Gastronómica de Restaurantes y Sumilleres de Andalucía ( A.G.R.A.S.)
De forma periódica participo en la organización de jornadas y eventos gastronómicos de contexto cultural, social o turístico, tanto dentro como fuera de España.
-¿Esperaba ser el/la mejor sumiller de su convocatoria?
Era consciente del notable nivel que había entre los concursantes.La Narizde Oro es un certamen que impone por su prestigio y su tradición. Ganar es algo que siempre puede pasarte por la cabeza, pero a priori es difícil pensar en ello.
-¿Por qué se presentó ala Nariz de Oro?
Por mi pasión por todo lo que tenga que ver con el vino y la gastronomía. También por afán de aprender y de adquirir experiencia en estas lides. Del mismo modo destacaría el buen ambiente que se vive entre todos los sumilleres concursantes.
-¿Con qué frecuencia cata?
Siempre que puedo, que actualmente equivaldría a decir que casi a diario. Siempre que entra una botella de muestra en nuestra central de compras, me apunto a catarla y dar mi opinión. Por otra parte a menudo tengo oportunidad de catar en sesiones con proveedores, cursos, seminarios e incluso a solas.
-¿Se preparó de alguna forma especial para esta prueba?
No especialmente. Ciertamente los días previos fueron de incesante trabajo y no tuve la tranquilidad ni el tiempo para haber preparado mi memoria y mi olfato.
-¿Cómo afronta el reto de la final en Madrid? ¿Se ve ya con el trofeo en sus manos?
R: Todo es posible ( risas)
-¿A qué va a dedicar la dotación económica del premio?
R: No lo sé, supongo que a la ampliación de mi modesta bodega y de mi insaciable biblioteca.
-¿Qué tipo de vinos prefiere, en el plano personal (cuando sale con sus amigos o celebra algo)?
R: Tengo muchísimas preferencias. Me gustan los blancos de las Rías Baixas como Soutomaior, Veigadares. Organistrum. En cuanto a tintos, me fascinan Hirus de Luis Cañas,La Cuevadel Contador, Artadi, los vinos de Alejandro Fernández y de Emilio Moro. Y por supuesto los vinos de Jerez, una auténtica joya y obra maestra, y qué decir de Borgoña, Champagne, Tokaj, Oporto o Pomerol …
-¿Le pareció muy difícil la prueba?
R: No lo recuerdo (risas) Competir siempre es difícil.
-¿Qué piensa de iniciativas como ésta, la Narizde Oro?
R: Me parece una idea encomiable para difundir la cultura del vino y dignificar la hostelería como profesión y la gastronomía como arte entre todos aquellos que se interesan por la sumillería.